Tú dudas y lo entiendo, porque he visto que en tu vida no hubo espacios verdaderos donde el amor te fuera dado todo, sin condición, sin medidas, sin engaños. Tú dudas porque no conociste aún lo hermoso de un sentir que te llene de esperanza, que te lo ofrezca todo y que no pida, que no tema al adiós... ni a sentir daño.
Tú dudas la certeza del sentir que ha nacido en mí, así, de pronto, porque piensas que es solo un espejismo que provocan carencias compartidas y las miles de horas que olvidados, ansiamos el amor que nos negaron.
No es hora de dudar, si en nuestras vidas se ha logrado abrir la puerta aquella que fue cerrada un día por las culpas que nunca fueron nuestras, ni buscamos... Tú dudas la existencia de cordura en este amor que siento, por intenso, pasional, ansioso y desvocado... Más, sabes, no diría lo que no siento, no osaría mentirte ni engañarte, solo deseo encontrarte para amarte... y resarcir el tiempo que esperamos.
Dudas... y tu duda me enternece. Y sé que es imposible convencerte de tu equivocación y no lo intento; te he dicho tantas veces lo que espero, que no me importa en realidad lo que tú pienses, porque ha de haber para este sueño en algún tiempo, el momento en que se junten los anhelos y después... ¡ya sabrás lo que te quiero!
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